

La verdadera rentabilidad ganadera no se define por el precio del mercado, sino por la eficiencia con que se convierte el alimento en carne y se aprovechan las pasturas.
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Es común que las conversaciones entre ganaderos giren en torno al precio de la arroba del ganado gordo o el kilogramo del peso vivo. Si bien este es un indicador crucial, reduce la discusión a una variable externa y volátil sobre la que tenemos poco control.
La verdadera rentabilidad es aquel margen que finalmente llega a nuestro bolsillo y se construye día a día en el potrero o en el corral, a través de la gestión eficiente de dos métricas fundamentales que todo productor, ya sea en la costa o en la selva, debe dominar:
Permítanme profundizar, desde mi experiencia como ingeniero zootecnista, en por qué estos son los pilares de la competitividad peruana.
PARA EL GANADERO DE LA COSTA(ENGORDE INTENSIVO): LA OBSESIÓN POR LA CONVERSIÓN ALIMENTICIA
En lo personal la C.A debe ser como la brújula de un marino ya que un corral de engorde, el alimento representa hasta el 70% de los costos variables. Por ello, el foco no debe estar solo en el precio de la tonelada de balanceado, sino en cuántos kilos de ese alimento se necesitan para producir un kilo de carne.
Una C.A de 6:1 vs. una de 5:1 implica una diferencia abismal en la planilla final. Mejorar este indicador exige:
Los Buffers (Amortiguadores): El uso de Bicarbonato de Sodio y Óxido de Magnesio es fundamental para mantener el pH ruminal estable, permitiendo una óptima digestión de la fibra y el almidón.
los Activadores Ruminales Específicos: Aquí es donde la suplementación estratégica marca la diferencia. Los probióticos (levaduras como Saccharomyces cerevisiae) revitalizan el ambiente ruminal, consumiendo el oxígeno residual y favoreciendo a las bacterias beneficiosas que digieren fibra. Las enzimas exógenas (xilanasas, celulasas) ayudan a descomponer los componentes de la pared celular de los forrajes y granos, liberando más energía y mejorando la digestibilidad global de la ración. Invertir en ellos no es un gasto; es proteger la mayor inversión: el alimento.
PARA EL GANADERO DEL TROPICO: LA MAXIMIZACIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD POR HECTÁREA
Aquí, considero analógicamente que es como el bastón para arrear nuestro ganado, la tierra es el principal activo. La rentabilidad no se mide solo por el animal, sino por cuánta carne se produce por hectárea al año. Un potrero degradado con baja carga animal es el mayor enemigo de la rentabilidad.
La estrategia ya no es expandir la frontera de pasturas, sino que con lo que tenemos saber, hacer producir más:
Brachiaria híbrido Cayman: Un verdadero todo terreno. Combina un establecimiento agresivo con una excelente relación hoja/tallo, lo que se traduce en alta palatabilidad y consumo voluntario por el animal. Su tolerancia a suelos ácidos y de fertilidad media-baja lo hace una opción supremamente adaptable y confiable para nuestras condiciones.
Brachiaria híbrido Camello: Se distingue por su impresionante vigor y producción de forraje de alta calidad, incluso en suelos de baja fertilidad. Es una opción robusta para ganaderos que buscan maximizar la carga animal y la producción de biomasa por hectárea, soportando bien el pastoreo intensivo.
Brachiaria híbrido Mulato II: Símbolo de calidad nutricional. Con un alto contenido de proteína y digestibilidad, es ideal para animales en etapas de crecimiento, lactancia o para finalización. Su adaptabilidad a diferentes pisos ecológicos del trópico peruano lo convierte en un recurso estratégico para mejorar la condición corporal del ganado.
Brachiaria híbrido Mestizo: Este híbrido ofrece un gran equilibrio entre producción y persistencia. Es conocido por su buena cobertura del suelo, lo que ayuda a controlar malezas de manera natural, y por mantener una productividad constante a lo largo del tiempo, reduciendo la necesidad de resiembras frecuentes.
La elección debe basarse en el objetivo específico: Cayman para adaptabilidad, Camello para volumen, Mulato II para calidad y Mestizo para persistencia. Invertir en el híbrido correcto es el cimiento de la productividad futura.
CONCLUSIÓN Y EL OBJETIVO EN COMUN
Ya sea a través de la eficiencia de conversión en la costa o de la productividad sostenible de la tierra en el trópico, el camino es el mismo: dejar de ser tomadores de precio para convertirnos en gestores de nuestros costos. La ganadería peruana tiene un potencial enorme. La discusión debe evolucionar y profundizar en estos temas técnicos, que son los que realmente marcarán la diferencia.